MARTES, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2020
Los "cadáveres exquisitos"
Mitos y estafas en la
política petrolera venezolana
Carlos Mendoza Pottellá
Septiembre 2020
Para ir por la calle del medio, comienzo reconociendo abiertamente que la motivación principal de este artículo ha sido la alusión directa a mi persona que hiciera el Ex Ministro y ex Presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, en el Programa “Vladimir a la Carta”, el cual se transmite por Internet, contradiciendo mis asertos sobre lo que considero como fiascos de la planificación petrolera asociada al desarrollo acelerado de la Faja del Orinoco.
Por ello me siento obligado a resumir aquí los hechos y circunstancias históricas en base a los cuales he sostenido mi opinión negativa sobre los proyectos petroleros que han diezmado a la economía venezolana desde los años 80 del siglo pasado.
Al respecto, viene a mi memoria un ejercicio de ingenio y talento literario que alguna vez contemplé en uno de mis lamentablemente escasos contactos con la bohemia de los años 60-70, la poesía y la República del Este: la construcción de un “cadáver exquisito”-
Apelando a Google, encontré una definición precisa de este proceso intelectual: una técnica de creación colectiva que nace en el ámbito literario y luego se aplicará en las artes visuales. Es una especie de juego donde cada participante hace su aporte sin saber cuál es el aporte que hacen los demás. (Subrayado mío)
En materia de política petrolera, al revisar la génesis y desarrollo de la mitología petrolera venezolana según la cual este país es el depositario de las mayores reservas petroleras del mundo, cuyo desarrollo debe ser acelerado para aprovechar las limitadas oportunidades que ofrece el mercado, me encontré con un proceso parecido.
Pero en la construcción de este particular “cadáver exquisito” no se cumple la frase subrayada en la definición: En éste caso si hubo participantes en el proceso que conocían, a priori, cuál sería el aporte de los demás. De hecho, ellos fueron quienes asignaron los roles que cada actor desempeñaría en la obra.
Por mi parte, eso es lo que pienso exponer aquí, en un cadáver exquisito construido a mi manera y con la urgencia que impone la voluntad polémica, a partir de trabajos previos, recientes y de hace más de tres décadas, con las referencias documentales disponibles en mi disco duro y en las redes.
Espero que los resultados sean más convincentes que los del Doctor Frankenstein.
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